Damos garantías de todos nuestros trabajos.

Cuando llegamos a la vivienda afectada, pudo comprobar de inmediato la gravedad de los daños causados durante el intento de ocupación. La cerradura había sido forzada hasta quedar completamente inservible, con múltiples perforaciones que la hacían inutilizable. Además, la puerta presentaba signos evidentes de manipulación agresiva, con daños en la carpintería que comprometían su estabilidad.

El primer paso del proceso fue una evaluación exhaustiva del estado de la puerta y la cerradura. En muchos casos, cuando la cerradura ha sido forzada de manera extrema, no basta con sustituirla, sino que es necesario reforzar la estructura para evitar que la puerta quede vulnerable. Tras esta evaluación, se determinó que lo más adecuado era retirar por completo la cerradura dañada y reparar los desperfectos en la madera antes de instalar un nuevo sistema de cierre.

Con herramientas especializadas, se procedió a desmontar la cerradura antigua y a limpiar la zona afectada. Se utilizaron materiales de refuerzo para restaurar la integridad estructural de la puerta, rellenando las zonas dañadas y lijando la superficie para garantizar un ajuste perfecto con la nueva cerradura. Una vez reparada la carpintería, se instaló una cerradura de alta seguridad, diseñada para ofrecer mayor resistencia ante intentos de manipulación o fuerza bruta.

Después de la instalación, se realizaron pruebas de funcionamiento para asegurarse de que la cerradura operaba con total normalidad y sin resistencia. Finalmente, se reforzaron los puntos de anclaje y se comprobó que la puerta cerraba correctamente, garantizando así la protección del inmueble.

Este tipo de trabajos requieren no solo conocimientos técnicos, sino también un alto nivel de precisión y profesionalidad. Gracias a la intervención de un cerrajero profesional de Huelva, la vivienda quedó completamente asegurada, brindando tranquilidad al propietario y evitando futuros intentos de ocupación.